En colaboración con Miguel Ángel Aragonés, la base del proyecto fue el cubo, nada más simple y estable que esa figura geométrica. Una estructura ideal, perfecta por la relación entre sus partes y porque permite el número óptimo de muros, la cantidad exacta para repellar, cubrir y después pintar. Todo lo anterior hace referencia al tema de obtener un buen resultado con el mínimo de recursos. Eso representa Encanto Puebla.
Desde un inicio se plantearon diversas alternativas constructivas, distintas propuestas para lograr el costo más viable para aquel desarrollo de condominios: primero, acero; segundo, concreto; tercero, un híbrido de acero y concreto; cuarto, mezcla de estos a base de postensados y pretensados.
Encanto Puebla tuvo siempre un objetivo preciso, fue un proyecto en el que hubo mucha claridad. Con él se pudo lograr una estructura óptima, acorde con el sitio y las circunstancias.